En Laprida y Peña, en el barrio porteño de Recoleta, un exclusivo hotel cerró sus puertas, una medida que comenzó siendo temporal, lleva meses sin revertirse. La situación se repite en Palermo, en donde otros dos pintorescos hoteles boutique se vieron obligados a cerrar. Y es que la caída del turismo receptivo -sobre todo de brasileños- y la competencia de otros tipos de alojamiento más económicos, como el caso de los departamentos, ataca de lleno al sector hotelero.
«Es cierto que muchos hoteles, sobre todo aquellos más chicos o los del tipo boutique en muchos casos cierran sus puertas, la mayoría de forma temporal esperando que la situación mejore», explicó a Ámbito Financiero Alejandro Moroni, secretario de la Federación Empresarial Hotelera y Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA) y empresario hotelero. «En los últimos meses nos enteramos de algunos cierres que dejan a decenas de familias sin trabajo», agregó Moroni.
En la exclusiva zona de Palermo Viejo, los hoteles boutique se transforman en antiguas casonas víctimas de los grafiteros o en algunos casos en predios tapiados para futuras obras. «Casa Alfaro, en Palermo Viejo, es uno de los tantos hoteles que cerraron hace meses sus puertas. La principal causa tiene que ver con la caída de turistas brasileños que elegían la zona para hospedarse por la cercanía a los outlet», explicó Gabriela González Mercuri, consultora especializada en turismo. Además, al tratarse de establecimientos pequeños, «tiene en algunos casos 10 habitaciones, pero los gastos de mantenimiento son muy altos, por lo que no da la ecuación», agregó. A pocas cuadras de allí, en Nicaragua al 4500, el hotel boutique Craft bajó sus persianas y sólo queda su fachada.
Si bien la principal razón está ligada a la baja del turismo receptivo, Morini agregó además como causante la competencia desleal: «Son muchas las empresas de búsqueda de alojamientos por internet que ofrecen establecimientos no registrados», sostuvo. Si bien desde la Federación reconocieron el cierre de establecimientos, explicaron que muchos se reinventan como otro formato de negocio.
Los números afirman esta realidad. Según el último informe anual de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires que manejan datos de 2014 en sólo un año hubo una disminución de 355 plazas en hoteles de entre una y cinco estrellas. Los más golpeados fueron los de tres estrellas que tuvieron una caída del 2,6%, es decir que más de 200 plazas dejaron de existir. La situación es similar con aquellos alojamientos dos estrellas que tuvieron una caída del 1,6% es decir que en sólo en un año hubo una reducción de 75 camas.
En la Cámara de Hoteles y Afines de Buenos Aires, que asocia a aquellos hoteles más chicos y que también son buscados por el turista interno, sostuvieron que la «situación es compleja. Hay cierres porque no sólo cayó el turismo internacional sino también el interno. Además mantener el comercio es cada vez más complejo por el aumento sostenido que estamos experimentando en los gastos fijos», detalló un vocero de la cámara.
«La situación para el sector es delicada, a diario cierran hoteles, pero muchos ni se enteran porque se deshabilitan ante el ente que los regulas y pasa desapercibido al ojo», explicó Carlos Fuentes dueño de Anfitrion Viajes que sostuvo que los hoteles suelen ofrecer precios muy bajos para tentar turistas, pero por el momento sin mucho éxito. Ante la crisis los alojamientos locales bajaron en promedio un 5% los precios en comparación a lo ofertado en 2014.
«La Argentina tuvo un precio promedio de habitación de U$S 113 por noche, un 5% menos que en 2014», detalló el informe Hotel Price Index de Hoteles.com. Mientras que Buenos Aires sufrió una baja aún más considerable del 8% ofreciendo habitaciones en promedio a U$S 101 cuando en 2014 era de U$S 110.