La fiscal federal Paloma Ochoa pidió hoy que el anestesista Gerardo Billiris vaya a juicio oral

La fiscal federal Paloma Ochoa pidió hoy que el anestesista Gerardo Billiris vaya a juicio oral y público por tenencia, entrega y suministro de drogas así como por tentativa de violencia de género, uno de los hechos por los cuales fuera víctima Belén Torres este año.

El pedido de la fiscal fue al juez federal Sebastián Ramos ante quien reclamó que el anestesita sea acusado por «tenencia, entrega y suministro de estupefacientes agravado por su condición de médico y haber mediado engaño y violencia en una ocasión, y abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personas y el uso de estupefacientes».

Esa acusación por el hecho que tuvo como víctima a Belén Torres en el departamento de Palermo donde vivía Billiris, así como por otro hecho previo, del año 2012, que se conoció tras hacerse pública la denuncia contra el médico. Pero también la fiscal pidió que por la golpiza que Billiris le propinó a Torres aquel 31 de enero, fuese juzgado por «tentativa de femicidio por haber sido cometido contra una mujer y perpetrado por un varón mediando violencia de género».

También pidió que vaya a juicio oral Juan Martín Mercado, el relacionista público a quien se acusó de regentear a las mujeres que luego eran víctimas, y a Christopher Rosental acusado por un hecho de abuso sexual. Uno de los hechos tuvo lugar la noche del 23 de agosto de 2012 y recién fue denunciado por la víctima cuando Billiris se hizo conocido en los medios luego de haber golpeado brutalmente a la joven Belén Torres, en el departamento en el que él vive en la calle Berruti 4543 del barrio de Palermo.

El procesado, de 40 años, y coordinador de anestesiología pediátrica del Hospital Militar, fue detenido el 31 de enero tras la denuncia realizada por Torres, y seguirá detenido en el penal de Ezeiza. Torres sostuvo que el hombre la atacó a golpes, mientras que Billiris, que manifestó ser adicto a las drogas, indicó en su declaración ante el juez sentirse «avergonzado y arrepentido».