La Ciudad homenajea a los arquitectos en su día

El Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, homenajea a los arquitectos en su día destacando una de las obras más lindas y emblemáticas porteñas, realizada por el arquitecto Eduardo Catalano.

“Buenos Aires tiene una arquitectura reconocida a nivel mundial. En cada rincón de la Ciudad podemos encontrar arte, diseño e inspiración. Tenemos obras maestras para disfrutar”, expresó Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público.

La Floralis es la primera escultura argentina con movimiento, regalo del escultor, arquitecto, y filántropo argentino Eduardo Catalano. Fue inaugurada el 13 de abril de 2002, con un recital de la Camerata Bariloche en la Plaza de la Naciones Unidas, sobre la Avenida Figueroa Alcorta.

La idea de la escultura surgió un atardecer de verano, cuando trabajando en su jardín de invierno, Catalano notó que una gran flor roja de la especie Hibiscos comenzaba a cerrarse. Sin saber por qué, dibujó una flor geométrica. Más tarde contaría que hacía tiempo deseaba crear una estructura móvil que se abriera, se cerrara o se expandiera. Florales Genérica es ese proyecto hecho realidad.

Historia y características

La Floralis Genérica es una escultura que mide 20 metros. Fue hecha en acero inoxidable, aluminio de uso aeronáutico y hormigón. Es obra del arquitecto argentino Eduardo Catalano, quien se la donó a la Ciudad de Buenos Aires en el año 2002.

El mecanismo original hace que la flor se abra y se cierre siguiendo la radiación solar, en un proceso que toma más de 20 minutos y que convierte al monumento en un espectáculo cotidiano público de la Ciudad.

El monumento pesa 24 toneladas y tributa a todas las flores; motivo por el que su autor decidió ponerle el nombre en latín, ya que esa es la lengua que usa la botánica para la denominación de las distintas especies.

Fue la primera escultura móvil montada sobre un sistema hidráulico y de células fotoeléctricas.