Cada vez son más los que eligen pasar el mes de enero lejos del congestionamiento en los destinos de veraneo. Quedarse en la capital tiene sus ventajas, disminuye notablemente el tránsito, hay menos gente en el transporte público al igual que en los museos y restaurantes. La tranquilidad que se vive en esta época es ideal para volverse un turista perfecto y recorrer esos lugares que siempre tenemos en agenda.
En esta nota proponemos una serie de circuitos para aprovechar los barrios del norte y ponerse a tono con todo lo nuevo que tiene la capital.
Los mejores parques
La zona más espaciosa y llena de parques comienza en los bosques de Palermo y termina en el Parque 3 de Febrero con el fabuloso Rosedal y su lago. Todo este recorrido comienza en la Av. Sarmiento y se agranda entre Libertador y Figueroa Alcorta. Es ideal para hacer un paseo mañanero, cuando las temperaturas no son tan altas o al atardecer bajo la sombra de sus añosos árboles. Para extenderlo un poco más se puede comenzar desde el barrio de Belgrano en la calle Pampa donde si inician los bosques que tienen un aspecto renovado y más prolijo. La bicicleta también es un buen medio de transporte para hacer toda esta distancia, que cuenta con carriles exclusivos y puede hacerla cualquier persona ya que se pedalea siempre sobre asfalto. Para aquellos que no se animen a hacer el circuito por su cuenta, pueden optar por las visitas guiadas en Bici del Gobierno de la Ciudad que propone un recorrido por los Bosques de Palermo (sábados, domingos y feriados a las 15:30hs)
Relax y naturaleza
También por la zona de Palermo se encuentran bastante cerca dos sitios que son visita obligada para los amantes de la naturaleza, el jardín Japonés y el Botánico. El primero sobre Av. Libertador es sin duda uno de los espacios más tranquilos que existe, todo en la onda zen oriental. Existe desde los años ´60 y en su gran predio cuenta con una gran variedad de especies vegetales, un lago lleno de peces carpas, una isla y varios puentes y esculturas relacionados todos con la cultura japonesa.
Además de pasear al aire libre el Jardín Japonés invita a conocer su centro cultural para aprender por ejemplo la técnica del origami, luego hay un vivero donde comprar las mismas plantas que hay allí, una tienda de souvenirs y para el recreo merecido un fabuloso restaurante que sirve uno de los mejores paltos de sushi de la city.
A la misma altura pero sobre Av. Santa Fe el Jardín Botánico es otra visita obligada, esta vez para recorrer sus senderos y aprender sobre especies autóctonas del país, entre otra gran variedad de árboles (en total unos 6.000). Fue diseñado por nuestro mejor paisajista, Carlos Thays en 7 hectáreas que albergan también una biblioteca de botánica, tres jardines de estilo (uno francés, uno romano y uno oriental), un herbario, cinco invernaderos, esculturas por todo el trazado y una casona de estilo inglés, en la que se realizan muestras de arte y talleres.
Los mejores atardeceres
Para las 20 hrs. cuando comienza a caer el sol, nada mejor que vivir este momento de relax formando parte de algunas de las postales más emblemáticas de la ciudad. Puerto Madero se ilumina por completo en sus edificios antiguos, las amarras y las grúas tan pintorescas. Allí hay buenas terrazas con oferta gastronómica muy variada para disfrutar de unos tragos con la mejor vista. Y lo mejor sin duda, es hacer un paseo en las góndolas turísticas, sintiéndonos como en Venecia pero en pleno corazón de Buenos Aires y a pocas cuadras del microcentro. Si todavía hay luz, vale la pena un pequeño paseo por su reserva Costanera Sur.
La avenida Figueroa Alcorta concentra algunos de los edificios más bellos, a la altura de la Av. Pueyrredón el Museo Nacional de Bellas Artes impacta con su fachada renovada de color tierra donde conviven las mejores obras. A su lado un parque con la escultura más bella, la flor metálica, Floralis Genérica también renovada. Hacia la otra vereda de la avenida, un gran espacio verde que lleva al edificio más increíble, la Biblioteca Nacional que tan solo admirarlo por fuera vale la pena. Adentro también puede visitarse su colección de ejemplares, pero principalmente sus espacios abiertos y luminosos donde el hormigón es protagonista.
Para terminar la tarde, las terrazas de Design Recoleta ofrecen restaurantes y bares con vista privilegiada a la luna cada noche. El restaurant Camping con mesas compartidas propone veladas con música en vivo.
Recorrido histórico
Para poder ver todos los puntos de interés en un solo día la mejor opción es el bus turístico amarillo que recorre la ciudad. Tiene audioguía y hace paradas en casi todos los barrios turísticos para dar un pequeño paseo. Vale la pena reservarse el día para dar este paseo que a los chicos les encanta y nos conecta con todos esos sitios de la ciudad que nunca vemos con tanto detenimiento. El barrio de La Boca con su famosa Calle Caminito y el Teatro Colón son las paradas más solicitadas.
Un circuito más pequeño pero igualmente interesante puede hacerse en el barrio de Belgrano, en sus Barrancas. Transitando la calle Juramento se llega al Museo de Arte Español Enrique Larreta, casa que perteneció a este personaje y que alberga una colección impresionante de muebles españoles del SVXI. Tiene un jardín andaluz muy pintoresco, creado al más puro estilo español donde uno parece retirado del mundo sin nada de ruido alrededor. A la vuelta una casa colonial es el Museo casa Yrurtia, en la casa del escultor que le da su nombre, muy reconocido por varias obras suyas que hay en la ciudad. Allí hay una vasta colección que incluye las pinturas de artistas argentinos consagrados como Quinquela Martín y hasta un Picasso.
Siguiendo un poco más la calle está el Museo Histórico Sarmiento, un homenaje a este prócer que alberga muchos de sus objetos personales como la biblioteca y el archivo. Ya de por sí el edificio es monumento Histórico Nacional, obra de Buschiazzo, que alguna vez fue sede de la municipalidad.
Para culminar con tanto recorrido de ilustres maestros argentinos y piezas de museo, el respiro perfecto es la Plaza Barrancas donde hacer la pausa mirando las parejas que bailan tango a diario en su pérgola. Este espacio fue remodelado por Thays y hoy está siendo puesto en valor para que recupere el esplendor de sus años dorados.
Para terminar, una vuelta al Barrio Chino nos lleva a un lugar completamente diferente en el que se mezcla la tradición asiática con sus templos y la cultura callejera en sus comercios. Es muy pintoresco y tiene una oferta gastronómica muy buena, además de todo tipo de objetos a precios bajísimos.
Las opciones son miles y ameritan una segunda parte para esta nota incluyendo muchos más paseos para disfrutar en vacaciones. Próximamente recorridos hacia el sur para lo que resta del verano y el recorrido por los lugares que marcaron la vida del Papa Francisco.