«Lo de Hansen». Sobre ellas se bailó, se escuchó, se disfrutó y se bebió, se sufrió historias que ya son parte de la leyenda y del imaginario popular porteño. El café Hansen es mencionado en crónicas históricas como uno de los lugares donde comenzó la era del tango. El Café Hansen fue demolido en 1912. El café Hansen un lugar donde comenzó la era del tango.
En el cruce de las avenidas Figueroa Alcorta y Sarmiento, frente al Planetario. Ubicados debajo de la sede del MOA -Monumentos y Obras de Arte, en donde se restauran y reparan los monumentos de la Ciudad- la idea es que los túneles puedan ser visitados por la gente. Pero los trabajos recién comienzan. Antes habrá que poner en valor los edificios que están sobre los túneles, ahora prácticamente en ruinas y abandonados, pese a que allí hay gente trabajando y que ocupan un lugar preferencial de la Ciudad, a metros del Jardín Japonés.
El café Hansen es mencionado en crónicas históricas como uno de los lugares donde comenzó la era del tango. El Café Hansen fue demolido en 1912 por orden del alcalde con el objetivo de comenzar a trabajar en obras de vialidad.
El 26 de Diciembre de 2008 un grupo de arqueólogos halló restos del Café de Hansen, una de las cunas del tango, que funcionó desde finales del siglo XIX hasta comienzos del XX en Buenos Aires, y ha sido evocado tanto en crónicas como en letras de ese género musical. Entre esos pisos y cimientos se encontraron fragmentos de la vida cotidiana de un bar de su tiempo: partes de lo que fueran platos, tazas, copas, botellas de cerveza y ginebra, y restos de las mesas de mármol blanco, rectangulares, que había en el patio sobre rojas baldosas francesas. Junto a túneles de una usina eléctrica que abasteció al parque y había sido mandada construir en 1883 por Domingo Faustino Sarmiento. Reuniendo fotos antiguas, planos, restos arqueológicos y la memoria de quienes siempre quisieron la música ciudadana, se recupera para la Ciudad un sitio tradicional, nostálgico, parte indiscutible de nuestro pasado.
La clientela solía acompañar con golpecitos de cucharitas, manos o de pies el segundo compás que decía: «Nada me importa de tu amor; ¡ golpeá no más!, (golpes) el corazón… etc». se popularizó rápidamente Ese tango con letra de Pesce y Polito y música de Villoldo es de 1902.
Su dueño, un inmigrante alemán llamado Juan Hansen lo dirigió entre 1877 y 1892, año en el cual falleció. Lo sucedió por veinte años más el Sr. Anselmo Tarana.
De esos años la crónica policial registra varios incidentes. El más famoso de ellos produjo la casi destrucción del local, y fue a consecuencia de la prohibición de ejecución de un tango. Luego de la trifulca, el café ostentó un cartel que decía: «Prohibido ejecutar el tango El Esquinazo».
La excavación permitió entender la compleja historia de este edificio que ya existía en tiempos de Juan Manuel de Rosas como un rancho de paredes de ladrillo, que fue ampliado después de la Batalla de Caseros para ser el primer bar de Hansen y que siguió creciendo en popularidad hasta entrado el siglo XX.
En 1912, cuando se imponían las nuevas modas de un Palermo sin sitios de venta de alcohol y música -que para algunos era de gusto discutible- fue demolido y sobre el lugar se abrió la calle Belisario Roldán que llegaba hasta el viejo velódromo, luego llamado Circuito KDT.
Café de Hansen,
Antiguo Hansen, Lo de Hansen, Restaurant del Parque 3 de Febrero o Tarana, son los nombres con que se conoció a un restaurante que fue fundado en la década de 1870 por el alemán Juan Hansen, en la Avenida de las Palmeras (actual Avenida Sarmiento), en el barrio de Palermo, en Buenos Aires, Argentina. Es considerado por muchos como una de las cunas del tango. La construcción fue demolida en 1912.
En 1877 el alemán Juan Hansen obtuvo la concesión para transformar su vivienda en un Café. Se encontraba situado frente a donde hoy se halla el Planetario de Buenos Aires, y tenía entrada por la Avenida Sarmiento. Era, para la época en que existió, un lugar muy retirado de la ciudad, desde el cual podía observarse el Río de La Plata.
Hansen fue su propietario hasta el día de su fallecimiento en el año 1892. El café continuó abierto hasta 1912, dirigido por Anselmo Tarana.
Hay distintas versiones sobre si se bailaba o no en el lugar, así como quienes fueron los que lo frecuentaron. En opinión de Enrique Puccia en las primeras horas se daba el desayuno a los niños, a media mañana leche y yema batida para jinetes y ciclistas. A la tarde merienda o aperitivo. Al anochecer se cenaba. A la noche los amantes del tango llegaban para disfrutar de esa música que allí se tocaba. Felipe Amadeo Lastra aseguraba que: no se bailaba, estaba prohibido como en todos los sitios públicos. Recién se pudo bailar en el Pabellón de las Rosas, primera Boite que hubo en Buenos Aires.
En 1912 fue hecho demoler por orden del intendente Joaquín S. de Anchorena, para realizar una ampliación de los accesos al velódromo.
El lugar adquirió una gran fama al exhibirse en 1937 la película dramática «Los muchachos de antes no usaban gomina» dirigida por Manuel Romero, que hacía trancurrir parte de la historia en el café, y por vehículo de los versos cantados en ella:
¿Te acordás, hermano, la Rubia Mireya
que quité en lo de Hansen al guapo Rivera?
¡Casi me suicido una noche por ella,
y hoy es una pobre mendiga harapienta…!
¿Te acordás hermano, lo linda que era?
¡Se formaba rueda pa´verla bailar!
Cuando por la calle la veo tan vieja,
doy vuelta la cara y me pongo a llorar…
Letra: Manuel Romero
Música: Francisco Canaro
Año: 1926
En diciembre de 2008 fueron hallados algunos restos de la construcción del café. El Café de Hansen ha pasado a la historia como «boliche» de mala fama. El film argentino «Los muchachos de antes no usaban gomina» lo situó en ese lugar del historico porteño.
Año de Declaración: 1994
Sitio: Lo de Hansen
Dirección: Predio ubicado en el Parque Tres de Febrero, Intersección de las avenidas Figueroa Alcorta Y Sarmiento
Norma: 48476
Texto de la Placa: «Aquí se reunían músicos, cantantes y bailarines de tango que contribuyeron a popularizarlo»
«Era un salón de baile, concurrido por gente calavera (de la noche) de diferentes rangos. Era un ambiente bravo pero muy divertido», escribió el compositor Enrique Cadícamo sobre el lugar que fue demolido en 1912. El vicepresidente de la Academia Nacional del Tango, Gabriel Soria, recordó que en el Hansen «se bailaba un tango muy bien bailado, porque en sus inicios era un lugar elegante». «Pero en la década de 1910 tocaron orquestas típicas de tango, como las de Roberto Firpo y Enrique Canaro, quiénes recordaron en una entrevista que allí solían armarse peleas entre los muchachos bien (de clase alta)».