¿Cómo eran los viejos cafés, donde paraban los hombres de Mayo? ¿Cómo se penaban los largos viajes en carruaje? ¿Cómo era la dieta de nuestros antiguos?
Existía en Buenos Aires un café que ha obtenido fama por ser el lugar donde paraban nuestros hombres de Mayo, y que fue frecuentado por el mismísimo don Bernardino Rivadavia.
Hablamos del Café de Marcos, en su momento el más lujoso de todos. José A. Wilde en su libro Buenos Aires desde 70 años atrás nos relata un cuadro pintoresco:
Servíase entonces el café con leche, o como se decía entonces, el café y leche, en inmensas tazas que desbordaban hasta llenar el platillo; jamás se veía azúcar en la azucarera; se servia una pequeña medida de lata llena de azúcar, generalmente no refinada; venía colocada en el centro del platillo y cubierta con la taza; el parroquiano daba vuelta a la taza, volcaba en ella el azúcar y el mozo echaba la leche y el café hasta llenar la taza y el plato.
Las tostadas con manteca, siempre traian azúcar encima los mozos dejaban mucho que desear y muchas veces se presentaban fumando.