Confirmaron la existencia de amianto en dos modelos de tren.

Subterráneos de Buenos Aires y Metrovías informaron este martes que retiraron de circulación tres formaciones de la Línea B adquiridas al Metro de Madrid, luego de que la empresa española confirmó «la existencia de amianto en dos modelos de tren», un material cancerígeno prohibido en ambos países.

Que es el amianto
Grupo de minerales que adoptan la forma de fibras diminutas. El amianto se ha usado como aislante del calor y el fuego en los edificios. Las fibras sueltas de amianto que van a los pulmones cuando se respiran pueden causar varias enfermedades graves, como el cáncer de pulmón y el mesotelioma maligno (cáncer que se encuentra en el revestimiento de los pulmones, el pecho o el abdomen). Cuando el amianto se traga puede causar cáncer del tubo digestivo. También se llama asbesto.

El comunicado informó que se «exigió al metro español que confirme la presencia de este mineral» en las formaciones (usadas) modelo CAF 5000 «compradas en 2011 para hacer frente a la extensión de la línea, las necesidades de renovar el material rodante y la mejora de la frecuencia».

El organismo estatal y la empresa concesionaria del Subte porteño afirmaron que «este componente no representa riesgo para los pasajeros ni para los operarios si no es manipulado».

En tanto, la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro expresó «profunda preocupación» por el material en coches de la Línea B.

En un comunicado firmado por el secretario general, Roberto Pianelli, y el adjunto, Néstor Segovia, la Asociación «expresa su profunda preocupación respecto a la presencia de asbesto, una sustancia extremadamente cancerígena, en los trenes CAF 5000, comprados de segunda mano al Metro de Madrid y puestos a circular en el año 2013».

El asbesto está prohibido en España, así como en Argentina desde 2001. Desde el Metro de Madrid aseguraron que los pasajeros no corren riesgo y que los trabajadores deben recibir «la formación necesaria para evitar el peligro».

El viernes, el portal del diario El Mundo de España publicó que «la dirección del Metro de Madrid confirmó la existencia de amianto en dos de los modelos de tren que circulan por la red, concretamente por las líneas 1, 6 y 9».

La sustancia cancerígena se encuentra en el recubrimiento de «un pequeño componente eléctrico» situado en la parte inferior de los vagones al cual los viajeros «no tienen acceso», por lo que «no supone ningún peligro», según un portavoz del metro español.

El vocero dijo que, como sólo la manipulación representa un riesgo, «se ha informado y formado a los trabajadores para que conozcan esa presencia y sepan cómo actuar».
La empresa comunicó que las dos series afectadas -la 2000 y la 5000- «paulatinamente está siendo renovadas».

Metrovías aseguró que con la quita de estas tres formaciones de seis coches cada una -18 coches en total- «la frecuencia de la línea no se verá afectada», ya que siguen funcionando normalmente las otras 24 que prestan servicio en el recorrido entre Leandro N. Alem y Juan Manuel de Rosas.

Enfermedades
El simple hecho de estar en contacto con el amianto no supone apenas riesgo para la salud. La situación cambia cuando el contacto es prolongado y se manipula el material de manera que las fibras pasen al aire y sean fácilmente respirables. Esto sucede en derribos, trabajos como el corte, taladro, rotura o cuando el material está muy envejecido. Estas fibras pueden adherirse a la ropa por lo que el riesgo de pasar al aire respirado aumenta.

Las enfermedades que puede provocar son enfermedades del aparato respiratorio. El cáncer de pulmón es la más mortal de las enfermedades que afectan a las personas expuestas al amianto. El amianto se considera un cocarcinógeno, es decir, un agente externo físico, químico o biológico capaz de producir cáncer, como es el tabaco.

Otra de las enfermedades es el mesotelioma maligno, otro tipo de cáncer pero que, en este caso, afecta a la pleura y al peritoneo. Suele darse en personas que han estado expuestas al amianto por motivos laborales, aunque los síntomas pueden no aparecer hasta 20 o 30 años después de la exposición. No existe cura para esta enfermedad y la esperanza media de vida una vez detectada la enfermedad es de nueve meses.

La asbestosis es una enfermedad asociada directamente a la exposición al amianto. Consiste en el desarrollo de una fibrosis pulmonar tras la inhalación de asbesto. Al igual que el mesotelioma maligno se desarrolla con el paso de los años y los síntomas son dificultad respiratoria que se va agravando a medida que progresa la enfermedad, tos seca y sensación de tirantez en el pecho.