Una innovadora idea se lanzó hace meses en la Universidad de Palermo y se trata del “laboratorio del disfrute”.
Con el objetivo de analizar la comunicación social y observar las repercusiones en materia de bienestar en las personas, una universidad privada argentina lanzó el “laboratorio del disfrute”. Se trata de un centro de estudios cuyo objetivo es identificar prácticas, acciones y estímulos concretos que generan la producción de endorfinas (comúnmente conocidas como la hormona de la felicidad) que provocan la sensación de placer.
Los integrantes del laboratorio buscan reconocer su bienestar sustentable a través de un enfoque de «comunicación neuropsicoendocrinológico».
De esta manera, los alumnos identifican su propio sistema de recompensa. Este camino se desarrolla desde la percepción del estímulo hasta el resultado último, siendo este un «estado de satisfacción sostenido». El laboratorio supone que el ejercicio frecuente de estas prácticas tiene consecuencias positivas a largo plazo en las personas. Algunos resultados esperados son disminución del estrés, aumento de la capacidad cognitiva y fortalecimiento del sistema inmunológico.
Una vez reconocidos los disparadores que generan bienestar, el grupo de estudio se propone difundirlos a través de actividades como las «Degustaciones SMART», que son encuentros donde se explica la teoría a través de ejercicios sencillos. El mundo actual se encuentra sometido a índices alarmantes de depresión, sendentarismo, obesidad y estímulos infinitos, que impactan en aspectos de la vida como la de los alumnos que sufren la transición de la vida escolar a la universitaria, especialmente cierto para aquellos estudiantes internacionales que, además se encuentran por primera vez con la realidad de manejarse solos.
La premisa es investigar y reorganizar el sistema de referencia con base en los sentidos como primera herramienta para conectar con el disfrute y el entretenimiento como complemento al proceso cognitivo.
“Las experiencias que están realizando en el laboratorio de la Universidad de Palermo me parecieron muy prometedoras y creo que guardan consistencia con el concepto que estamos intentando instalar en la agenda pública. Me gustaría mucho conocer personalmente más en profundidad lo que están haciendo en la Universidad y explorar la posibilidad iniciar una línea de trabajo en común con los investigadores del CESNI”, opinó Esteban Carmuega Director del Centro de estudio sobre nutrición infantil.
Por su parte, la psicopedagoga Manuela Silva expresó: “Basándonos en esta teoría podríamos entonces describir la experiencia PanCOE como una de estas experiencias enriquecedoras y tejedoras de cambios.”