El patio Andaluz es todo un ejemplo de la arquitectura con connotaciones culturales del Mediterráneo, originado por las culturas romana y musulmana, que al margen de su repercusión estética, decorativa y cultural, merece la pena detenerse para destacar su funcionamiento bioclimático, que permite intervenir, directa o indirectamente, refrescando al edificio, cómo estrategia bioclimática constatada.
La combinación de fuentes de agua, la vegetación del jardín genera un ambiente que contribuye a generar un microclima más fresco en estaciones de mayor calor.
Al lugar se lo conoce como El Rosedal de Palermo porque allí hay unas 18.000 plantas de rosas que crecen al sol deuno delos sitios más lindos del mundo.
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Pero antes de 1852 muchos también lo identificaban con ese nombre aunque no aludían a los rosales sino a los dominios de Juan Manuel de Rosas, aquel gobernador de Buenos Aires que tenía allí su residencia, esa que demolieron tras su derrocamiento. Fue en esos terrenos expropiados donde se diseñó el Parque Tres de Febrero (fecha de la batalla que decretó la caída de Rosas), tarea que estuvo a cargo del paisajista francés Carlos Thays.
El Patio Andaluz fue una donación del Ayuntamiento de Sevilla.
Los materiales llegaron a Buenos Aires en barco y el traslado lo hizo la fábrica José Laffite, tradicional empresa de artesanos del barrio de Triana. Se cree que eran proveedores de la Casa Real y que el arte de sus cerámicas y baldosas de gran calidad era herencia de los antepasados musulmanes y cristianos de esa familia.
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Las columnas y las rejas metálicas son de la fábrica Hijos de Manuel Montes, también de Sevilla. Además, hubo aportes de otros lugares: la firma P. Virabian y la Compañía La Fourmi, de Marsella, Francia, proveyeron las baldosas de gres rojo que cubren el patio; y las del borde perimetral llegaron desde Italia. Los bancos revestidos en mayólica que están fuera del patio los donó la sociedad anónima Establecimientos Americanos Gratry.
El Parque Tres de Febrero, el Patio Andaluz también es un símbolo del arte callejero de Buenos Aires, algo que abunda en esa zona de Palermo. Justamente, en la Plaza Holanda, un área del Parque, hay dos esculturas instaladas para embellecer el lugar. El municipio las compró en 1905, previo a la evocación del Primer Centenario de la Revolución de Mayo. Las esculturas hechas en bronce se titulan Tigresa portando un pavo real para sus cachorros y El león de Nubia y su presa. Son réplicas de la originales que el escultor francés Auguste Nicholas Cain (1821-1894) realizó en 1870 y 1873, respectivamente. Las originales están en el Jardín de las Tullerías y los Jardines de Luxemburgo, ambas en París.
Las de Buenos Aires fueron fundidas por la firma Susse Fréres, que tiene una trayectoria de más de dos siglos haciendo arte. Pero esa es otra historia.
Respecto a como se originó la idea de instalar este patio en el Rosedal, luego de la investigación realizada y del copioso material que se ha estudiado, podemos llegar a afirmar que se trataría del mismo Jardín que proyectó el arquitecto J.C. Forestier, que éste propusiera emplazar en un parque ya existente, el Parque Avellaneda, y cuya construcción nunca se llevó a cabo por resultar onerosa.
Todo esto surge de los programas elevados al Ministro del Interior Dr. José P. Tamborini por el entonces Intendente Dr. Carlos M. Noel, luego de haber evaluado las «memorias» que le enviara el arquitecto Jean C. Forestier.
Para darle un tratamiento adecuado a este tema consideramos necesario extendernos en lo referente a los estudios que se realizaron con el fin de elaborar un Plan Regulador para la ciudad de Buenos Aires, que incluyó la convocatoria del arquitecto francés Forestier.
Éste fue contratado por la Intendencia a fin de evaluar posibles modificaciones en los espacios verdes de la ciudad.
Al respecto la Comisión de Estética Edilicia expresó que » luego de evaluar varios proyectos presentados por la Dirección de Paseos sobre la proyección de Parques y Jardines, y que estando de acuerdo con gran parte de su previsión, le fueron presentados éstos como antecedentes al Señor Forestier, entregándosele todos los documentos gráficos correspondientes.»
Asimismo informó también que el Señor Forestier, por su parte, visitó todos los lugares indicados, con el fin de darles el estudio que, en su caracter de técnico especialista, evaluaría, con el objeto de ver si eran adecuados a los fines proyectados.
El Rosedal es, quizás, el espacio más visitado del Parque 3 de febrero. Su popularidad no es injustificada: este jardín, cuidadosamente diseñado, fue premiado, en el 2012, con el Garden Excellence Award, otorgado por la Federación Mundial de las Sociedades de Rosas (WFRS). Las especies más comunes son la rosa sevillana, de color rojo brillante, la Johan Strauss, la Charles Aznavour y la Frederic Mistral (las tres de tonalidades rosadas) y la Elina, de color amarillo claro.
Entre los rosales se levantan bustos de poetas famosos, a quienes se rinde homenaje en el Jardín de los Poetas. Allí conviven Dante Alighieri con Jorge Luis Borges, Antonio Machado y Federico García Lorca con Alfonsina Storni, entre otros.
Muy cerca está el Patio Andaluz, construido en 1929 y obsequiado por la ciudad de Sevilla a la ciudad de Buenos Aires. En la fuente, ubicada en el centro del patio, se puede leer la dedicatoria que acompaña al regalo: “A la caballerosa y opulenta ciudad de Buenos Aires en testimonio de comunicación espiritual, Sevilla ofrece esta muestra de la industria de Triana, el barrio de los laboriosos alfareros y los intrépidos navegantes”. Los adornos de mayólica decoran los bancos, escalones y pisos del patio, que está rodeado por ejemplares de glicinas.
Construido para cruzar el Lago del Rosedal, el Puente Blanco es también conocido como Puente Helénico o Puente Griego, debido a sus rasgos arquitectónicos.
El Rosedal es un emblema del diseño paisajístico y regala una imagen privilegiada dentro de la Ciudad: su particular encanto, resultado del trabajo de una de las grandes figuras del urbanismo porteño, le otorga una identidad propia. Conocer el Rosedal es una de las tantas buenas excusas para visitar el Parque 3 de febrero.
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